Después de vivir la Tercera Revolución Industrial, donde el cambio principal ha ido de la mano de la tecnología y la ciencia, nos toca preguntarnos cómo ha afectado ese cambio a la industria inmobiliaria. O cómo la cambiará en el futuro. En este post vamos a analizar las tecnologías para el sector inmobiliario en 2018, qué podemos esperar y qué no.
Todos estos cambios están a punto de tener un profundo impacto en cómo vemos el sector inmobiliario, por lo que es importante conocerlos.
Impresoras 3D
¿Te imaginas diseñar cómo quieres que sea tu casa y poder imprimirla en 3D? La impresión de viviendas ya es una realidad. La empresa china Winsun New Materials ha abierto un nuevo frente en el mercado inmobiliario construyendo casas prefabricadas, usando esta tecnología.
Para la impresión se han usado materiales plásticos o bloques impresos de cemento. Teóricamente, este diseño optimiza el consumo de material a la vez que es resistente y aislante.
Fuente: Trimaker.
Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial está ayudando a muchos sectores a avanzar, incluso al sector inmobiliario. La clave está en ver cómo puede generar clientes y proporcionar información actualizada en tiempo real. Definitivamente puede convertirse en un ayudante/asistente a tiempo completo por un bajo coste.
De esta forma se abriría la puerta a crear asistentes virtuales que proporcionen soluciones prácticas para los clientes.
Big Data
Es una de las claves por las que el sector inmobiliario está creciendo. Por una parte, permite gestionar los datos de los clientes actuales y de los potenciales con herramientas mucho más automatizadas. Además, los macrodatos pueden ayudar a la industria para hacerla más transparente. El Big Data ayudaría a crear un «producto» que se ajusta a las necesidades de los consumidores completamente.
Smart Cities
Conocidas como «las ciudades del futuro», las Smart Cities trasladarán las nuevas tecnologías a cada ciudad. El objetivo es mejorar procesos de forma automatizada, y conseguir que las ciudades sean más seguras.
¿Te imaginas vivir en una ciudad donde los coches vuelen? Pues quizás no estamos tan lejos como pensábamos.