¿Quién paga las reparaciones de una vivienda alquilada?

Muchas son las dudas que tienen inquilinos y propietarios cuando se trata de alquilar un piso. Una de las más famosas tiene que ver con las reparaciones de una vivienda alquilada. Incógnitas como «se ha roto la persiana de la habitación», «la cisterna del baño no me funciona», o «la lavadora no centrifuga bien» son circunstancias que se producen a diario en pisos arrendados.

Precisamente por eso es importante saber quién debe pagar las reparaciones (inquilino o arrendador) para que no exista conflicto entre ambas partes.

¿Qué dice la ley?

La respuesta es en muchos casos complicada. A pesar de que la ley de arrendamientos urbanos contempla en su artículo 21 la cuestión, hay muchos matices que se escapan y es importante casi aclararlos punto por punto:

1) Inicialmente el casero tiene la obligación de realizar y pagar todas las reparaciones de conservación de la vivienda para asegurar el mantenimiento de la habitabilidad.

2) A esta afirmación hay que añadir dos excepciones: que el inquilino haya sido el causante del daño o que se trate de una ‘pequeña’ reparación propiciada por el desgaste del uso de la vivienda.

Esto lleva a que el arrendador sea el responsable de reparar la instalación de la luz si es muy vieja y por ello se funden las bombillas o salta el automático. También el casero debe asumir la reparación o sustitución de los electrodomésticos que dejen de funcionar porque ya se ha agotado su vida activa o el mantenimiento de pintura y barniz en el suelo que se deterioran con el uso.

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Qué paga el inquilino

Por su parte, según la ley de arrendamientos urbanos en su artículo 21.4, el inquilino debe costear de su bolsillo “las pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda”. Esto quiere decir que si el inquilino rompe una ventanarompe utensilios de la vajilla, no utiliza de forma adecuada los electrodomésticos, entre otras cosas, deberá asumir el coste de las reparaciones, siempre que sean consideradas reparaciones pequeñas.

¿Cuál es el límite entre una reparación pequeña u otra de mayor tamaño?

Es muy complicado determinar cuál es la frontera entre ambos casos. Normalmente está en el sentido común y el buen entendimiento entre ambos protagonistas (inquilino y arrendador). Siempre se entiende que ambas partes van a saber diferenciar cada caso específico. Una vez se haya hecho, deberán tratar de llegar a un entendimiento que siempre beneficie a ambas partes.

En definitiva, la mejor manera de solucionar todos estos temas es a través del diálogo. ¡Haz uso de él!
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