En los tiempos que estamos viviendo, inmersos en una crisis permanente, es muy común que se produzcan situaciones complicadas. una de estas situaciones puede ser tener problemas para pagar el alquiler de la vivienda por parte del inquilino por una pérdida de empleo o bajada de sueldo
Ante este panorama, ¿cómo debe actuar el inquilino?
1) En primer lugar, debe ser consciente de la situación y debe conocer si esta situación de inestabilidad se prolongará en el tiempo.
2) Ante esto lo mejor es hablar con el arrendador del inmueble, explicarle la situación y llegar a un acuerdo para no acumular una deuda.
3) Si la situación por la que atraviesa el inquilino es algo temporal debe explicárselo al arrendador con el fin de llegar a un buen entendimiento para que en un plazo razonable de tiempo se recupere la normalidad en los pagos.
4) Si este entendimiento no es posible, lo mejor y más recomendable es abandonar la vivienda para no generar un conflicto con la otra parte, siempre dentro de los márgenes que marque la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).
5) Es muy importante que el inquilino trate por todos los medios de no dejar de pagar el alquiler, ya que esa situación va a desencadenar en un conflicto que ni a arrendatario ni a arrendador le conviene.
6) Es preferible renegociar el precio del alquiler a la baja antes que dejar de abonar las mensualidades.
Desde el punto de vista del casero, actualmente tiene a mano instrumentos con los que protegerse de un impago del alquiler por parte del inquilino gracias a las empresas que protegen y garantizan el cobro de la renta mensual.
Cualquiera puede pasar por un momento complicado debido a la crisis económica que azota nuestro país, pero para evitar futuros conflictos lo mejor es ser claro con el arrendador y tratar de alcanzar un acuerdo, ya sea la rescisión de contrato, renegociar el contrato a la baja o el aplazar el pago dando ciertas garantías de cobro.
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